Al pensar en el trabajo de un Director de Proyectos, se me viene a la mente relacionarlo con un Director de Orquesta Sinfónica, pues éste, cumple una función clave al mantener los tiempos y dar las diferentes entradas a escena a cada uno de los instrumentos: viento, percusión y cuerdas, todo con el fin de lograr que se produzca una excelente interpretación y por ende una melodía que resulte agradable al oído del público. No es fácil, se necesita constancia, ensayos e incluso resolver conflictos que se puedan presentar con los músicos. Un Director de Orquesta también necesita tener y desarrollar competencias y por consiguiente desafíos como un Director de Proyectos, al dirigir el equipo de trabajo y lograr el éxito del proyecto.
El teletrabajo o trabajo a distancia no es la excepción, por lo que como Directores de Proyectos enfrentamos los siguientes desafíos:
1. Romper paradigmas del trabajo presencial.
2. Liderar el equipo de trabajo a distancia.
3. Motivar y dar realimentación al equipo de trabajo.
4. Ganar la confianza y credibilidad del equipo.
5. Establecer estrategias para mantener una adecuada comunicación con el equipo a distancia.
6. Dar seguimiento a los entregables y trabajos asignados a esta parte del equipo.
7. Enfocarse a los resultados y no a horarios.
8. Establecer metas alcanzables y planes de seguimiento.
9. Aprovechar al máximo los recursos tecnológicos.
10. Capacidad de trabajar con la multicultura de los miembros del equipo, en aquellos proyectos en los hayan miembros de diferentes países.
El mundo está en constante cambio, por lo que debemos tener la capacidad de ser flexibles para adaptarnos y adoptar nuevas tendencias, maneras diferentes de hacer las funciones y tareas, ver el lado positivo tanto para la organización como para el equipo, revisar y poner en práctica las lecciones aprendidas, de forma tal que se logre el éxito del proyecto como una excelente sinfonía dirigida por un Director de Orquesta.
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